Uno, dos, tres...



jueves, 29 de diciembre de 2011

Protolisis

Entre la inmensidad de las sorpresas y puñaladas, la ebriedad de los pasos sigilosos por el pasillo, la magia del desconcierto y el albor del aire entrando por la ventana, me asomo cuidadosamente a la hoguera extasiada al sopor de la naturaleza. Bajo el árbol, esta vez sólo he dejado mi rendición, firmada en una hoja en blanco. Este año pediré que desaparezcas, lo he decidido. Con carboncillo dibujo en las paredes gritos de histeria y plumas de un edredón destrozado; ya no volveremos a respirar. Y ahora sólo mátame. Mátame antes de oír mis gritos enjaulados, antes de que el tiempo me robe los lunares. Mátame, dominado por la luna gris, con restos de sangre en las manos. Róbame cada uno de mis pensamientos, arráncame los ojos, quémame la piel. Quítamelo todo. Y cuando no me quede nada, recogeré una a una las gotas de lluvia de toda la ciudad, buscaré en cada esquina una mota de polvo que pueda asfixiar tu angustia, que acabe con las palabras, que arroje el aire por el precipicio. Te ahogaré con un montón de hojas secas, y entonces nos volveremos a encontrar en el vacío. Pero esta vez será diferente, no habrá nombres, ni cuchillos, ni cucharas. Esta vez, nos entregaremos un ramo de flores, se oirá un golpe seco, y el vapor se escapará por debajo de la puerta. Y nadie dirá nada.

Turnedo by Pi Searchlight
Turnedo, a photo by Pi Searchlight on Flickr.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Essai.






El amor deshace a los poetas. El poeta es aquel a quien la inspiración le llega a la hora de plasmar sus sentimientos, que no siempre decide mostrar. El sentimiento amoroso es una ilusión abstracta -como todas las ilusiones, me dirás- que el mundo lleva a la ligera; no se trata del sentimiento de felicidad admitida que la sociedad considera, sino del turbulento espectro que domina al hombre -y no que es dominado por este último- que oscila entre el dolor más profundo y el éxtasis más sutil. El poeta no conoce el amor; el poeta, o dueño de la lírica, ama la idea de amar, y vive de la curiosidad que le causa, de la emoción que le conmueve y de la imaginación que derrocha. Pero, cuando al hombre le llega el amor, entonces pierde la maestría de las palabras, sufre la degradación proteínica de la conciencia. Cuando asume que siente este fenómeno, entonces deja de existir. El amor, y el poeta.


miércoles, 9 de noviembre de 2011

Muertos vivientes en la ciudad.

A ti, que vives con los ojos cerrados al mundo, que no tienes valor para sentir y decirlo, que le tienes miedo a la vida; que temes a la gente. A ti, que te escondes bajo un caparazón de acero para impedir que nadie te vea llorar en las noches de luna llena. A ti, corazón salvaje, que has sufrido en silencio una y otra vez, viendo tu vida pasar por delante, y que un día te dejaste llevar por el silencio, ¡maldito! ¿De qué sirve amar si no es para crear una explosión tan nítida, tan pura, tan limpia como los llantos de un bebé recién nacido? ¿Si no es para sentir el profundo filo que terminará con tu vida? Dime, ¿para qué vivir en busca de un ideal inalcanzable, cuando a tu lado respira el alma que te mantiene vivo? Y tú, tan ciego. A ti, que cuando te quieras dar cuenta de ello, estarás muero. ¡Siéntelo!

domingo, 9 de octubre de 2011

Carta a la viuda del placer.

Hoy, hoy podría escribir con lágrimas. Podría decir que la luna es negra y que el amor deshace a los poetas. Podría contar que esto es sólo un intento de escrito, pero que no me salen las palabras. Y que lo hago público. Que no vale nada. Podría hacer tantas cosas, que me quedo clavada en la imaginación. Por último, añado, no sin dolor, que sin audiencia, la escena deja de existir. Y que esa escena, soy yo.

domingo, 21 de agosto de 2011

Ha cundido el pánico entre hojas y valles de seda.

Y entonces le pegué un tiro en la cabeza. Por abusar de su valentía, maldito cabrón, se lo merecía. Nadie tiene derecho a fardar de coraje en noches como esta, con la luna llena y las sábanas manchadas de pasión. ¿Cómo se le ocurre? Ahora me ha quedado sangre en los dedos, en la boca y en el corazón. Pero tengo un sustituto. Y esta noche, moriremos, para que vuelvas a vivir en el infierno de los besos que nunca nos dimos. Y por todas las guerras del silencio que nunca ganamos. Porque los felinos terminan siempre comiéndose a sus presas, tengan carne o sean sólo de hueso. Mientras tengan alma...

P.S.: edición e imágenes llegarán cuando vuelva.

martes, 2 de agosto de 2011

Pasando por mí como un dulce viento...



La lluvia en la ciudad caía con fuerza, y así resbalaban las lágrimas por sus mejillas, hasta llegar a mojar su cuello, blanco, frágil, tan delicado como la porcelana, o como un suspiro. Mientras, ella afrontaba la montaña paso a paso, con decisión, dejando atrás uno a uno sus viejos desafíos. Y entonces, se fue deshaciendo de suspiros y sonrisas, de tardes soleadas, de sábanas entre las que perderse, y de su sonrisa. Entonces, empezó a soltar lastres, y a avanzar más y más rápido entre las piedras, tan duras como su corazón en los últimos meses. En el juego, hay que ser dominante, se había repetido una y otra vez. Y por ello no había funcionado, por falta de naturalidad. Pero ya estaba hecho, todo había quedado atrás, bajo sus pies, en la aldea, y le faltaba tiempo. Al llegar a la cima, vio que sólo un recuerdo había resistido al temporal. Allí, apoyado, estaba, dado la vuelta,  el retrato que le había hecho aquella tarde. Lo cogió, con cuidado, y al querer recordar sus facciones, tan claras, tan limpias, tan nítidas como cuchillas bailando al son del viento, descubrió que de él sólo quedaba su espalda difuminada, tan común en aquella foto, sin lunares, sin marcas, sin la palabra 'Fe' dominando. Y sin magia. Se había ido.

jueves, 21 de julio de 2011

Art is life in the UK.

me & cambridge
cambridge streets
london corner
london river
london eye

london eye
big ben
cambridge

Y a esto se suman las risas y la gente y las mañanas de fotos y las cervezas en el parque. Cada calle, cada mirada, cada café de las 11h y cruzar sin terminar de entender la circulación. Días de 26h, vivir a contrarreloj, el rincón del piti -o punto de encuentro-, o las horas andando hasta la residencia. Y la felicidad que no se puede retratar. Y todo el amor que se escondía en las esquinas, o en el cielo, entre pájaros de seda.

miércoles, 29 de junio de 2011

Si callo, el presente es eterno.

Si callo, el presente es eterno. by Pi Searchlight



Desnúdame con palabras.
Dispara los gestos.

Fingir la vida colgando de un hilo...

jueves, 9 de junio de 2011

Se posa en el suelo, y sale volando.

Incendios de nieve. by Pi Searchlight



Dirás lo que quieras, pero sabes que es maravilloso contemplar un cuerpo desnudo. Y esconder los sueños que nos representan. También sabes bien lo que es encontrar esquinas de la ciudad que nos pertenecen, e ir silbando aquella canción de los días tristes, mientras las amapolas gritan nuestra ausencia...


Incendios de nieve., a photo by Pi Searchlight on Flickr.

domingo, 5 de junio de 2011

Espacio del amor.

Espacio del amor. by Pi Searchlight
Espacio del amor., a photo by Pi Searchlight on Flickr.


Respira, ¿lo sientes? 
Vienen a por ti. 
Imprégnate de su fragancia. 
Vive de ello. 
Sé amor. 


martes, 31 de mayo de 2011

Excusa para soñar.

La ciudad del viento. by Pi Searchlight
La ciudad del viento., a photo by Pi Searchlight on Flickr.

De ti, lo único que conozco es el blanco de tus ojos, porque está escrito en el verde del mar. Gritan las sirenas desde la orilla, clamando al cielo su recompensa, mientras tú estás en deuda con la tierra. Rompen las olas al bailar, viven las estrellas en el mar, dime que somos peces y que nuestra memoria se desvanecerá mañana. Al amanecer, las gaviotas descenderán de la montaña para gritar que estás de vuelta. Aunque aún no te has ido. Desconozco tu nombre, tus ganas, tus ideales; pasemos de presentaciones. Vuelas entre los versos que se quemaron de noche bajo sábanas de alcohol, alejándote del mundo para adentrarte sigilosamente en la cueva del olvido. A veces, existe una dependencia inexplicablemente absurda, que oscila entre el éxtasis de dejarse ganar, y las ganas de la victoria. Y te da la vida, o me la quitas tú. Cuando las palabras fluyen en el vaivén de las lágrimas, te confundes con la arena del mar, y brillas casi tanto como las pupilas al terminar de besar. Escapaste en el barco de las lamentaciones y me dejaste el billete de vuelta. Al venir a buscarlo, se lo habrá llevado la marea, junto a mis huesos. Aún así, el fondo del océano sabe que estás de vuelta, que nunca te fuiste, y que todo es mentira. Porque tu nombre, lo dejaste escrito en la servilleta de aquel bar de carretera, y tu vida, me la cantas cada día al oído.

sábado, 14 de mayo de 2011

Utopie.

Carpedile est un énorme quadrilatère entouré d'eau. Les côtes sont multifonctionnelles; en effet, la marée est stable, et les vagues s'adaptent à l'activité qui les réclame. Les tsunamis évidemment n'existent pas, ainsi que les divers phénomènes géologiques. En effet, l'île flotte sur l'océan qui n'est lui même soutenu par rien d'autre que le vide. Le monde est plat.
Des lignes continues de bâtiments divisent la ville, formant un filet harmonieusement carré. Chaque sous-partie est entourée d'un canal d'eau cristalline, qui coule tout au long de la cité. La nuit, il pleut de façon à fournir l'eau à la ville, qui n'est jamais en manque, mais bien sûr, le matin la ville est sèche pour pouvoir vivre le quotidien correctement.
À l'intérieur de chaque division, on trouve une forêt dont la splendeur reste gravée dans la mémoire de celui qui la visite. Les immenses arbres dominent le bois, avec un colossal feuillage d'un vert émeraude, des troncs d'énorme diamètre, et une hauteur vertigineuse. On respire un air si pur qu'on pourrait croire qu'on touche le ciel à deux mains. La verdure se mêle aux reflets bleus que donne la cascade, dont l'eau est d'un bleu azur si profond que l'on peut tout comtempler, tel un miroir. Le son de l'eau qui tombe retentit dans la douce pinière, et remplit de vie les alentours. Les vallées abritent de précieux oiseaux de toutes les couleurs qui survolent la ville. Les colibris chantent le matin, et volent d'un coin à l'autre de Carpedile, tandis que les canaris restent sur le balcon à admirer la beauté qui les entoure.
Les constructions sont grandioses, mais d'un aspect si simple, si sobre, qu'elles atteignent le summum de l'élégance et de la fonctionnalité. Les musées, en grand nombre et ornés de mille colonnes, remplissent la ville de culture, et mêlent les souvenirs du passé, avec les inventions du futur.
Les Carpediliens sont si cultivés, si intelligents, si beaux qu'ils n'ont pas d'idéaux, et ne sont pas perdus dans la société de consommation. L'argent n'existe pas; de cette façon, les crises économiques ne peuvent pas avoir lieu. Tous les Carpediliens sont égaux, femmes ou hommes, jeunes ou vieux, et ils sont si généreux que personne n'est jamais en manque. À Carpedile, il n'y a pas de dirigeants. Chaque habitant fait ce dont il a envie, sans se laisser influencer par personne. Ils sont si conscients que leur liberté finit là où commence celle des autres, qu'ils ne pensent jamais à faire le mal. Il y a une seule règle primordiale que les Carpediliens affichent sur les portes de leur maison:

LA LIBERTÉ COMMENCE OÙ L'IGNORANCE FINIT.

Por cela, depuis leur plus tendre enfance ils s'exercent à lire, à écrire, à comprendre tout ce qui les entoure, à connaître les pourquoi de la vie, à découvrir les petits plaisirs de la science. Les enfants, le matin, vont à l'école, où on leur apprend à penser, à réfléchir et à avoir une opinion critique sur la vie. À l'école, on apprend les enfant à vivre. [...]
Les Carpediliens ont cette envie de vivre qui caractérise les plus fous. Ils aiment être actifs, courir, sauter, lire, écrire, s'allonger sur l'herbe et philosopher, ils adorent travailler et réfléchir, et profiter de chaque instant. Carpe Diem constitue leur premier dogme. Ils sont tous égaux mais à la fois si différents... Sociables, joyeux, vifs, intéressants, avec une originalité débordante et une créativité jamais vue.
La paix et l'harmonie dans laquelle ils vivent donne à la ville un air si doux, si confortable, qu'ils ne cherchent pas à changer leur système politique. [...]
Pour ces raisons, la vie à Carpedile était si simple et si complète que tout allait toujours pour le mieux. Tout allait si bien, que tous les systèmes postérieurs se sont inspirés de celui-ci, mais aucun d'eux n'a pu l'égaler jamais. Si bien, que même les défauts étaient à imiter. Que même le Ciel l'enviait.

domingo, 1 de mayo de 2011

Me borré del mapa del tesoro.

"Desearía ser una pintura de Andy Warhol colgada en la pared. O un pequeño Joe. O tal vez Lou. Me encantaría ser todos ellos. Todos los corazones rotos y secretos de New York serían míos. Te pondría en un carrete de película y eso sería grandioso." Control


No quiero volver a tener que madrugar. No puedo más. Estoy agotada.


miércoles, 27 de abril de 2011

Despedida.

Despedida. by Pi Searchlight
Despedida., a photo by Pi Searchlight on Flickr.

sábado, 23 de abril de 2011

El cajón sin tu ropa.

Hoy es el funeral de los días tristes. De los ratos amenos. De los tragos secos. La determinación. El miedo. Inseguridad. Tres adjetivos que te califican. Dímelos ya. No te entiendo. ¿De qué vives? De sueños. De tristeza. Locura. Pasión. No me conoces. Pregúntame cuál es mi color favorito. Vámonos de viaje. ¿Escapada? Por qué no. Te equivocas. Si te apetece. Tu casa, siempre tu casa. No hay ruido. Cierra la puerta. ¿Te quedas? Hasta mañana. Ponte detrás. ¿Ves eso? Un cuadro. El mar. Desayuno. Que descanses. Retroceder. Cierra los ojos. Huele a miel. Huye. No hables más, no quiero saberlo. ¡Feliz día! Escribe una canción. ¿Eres feliz? Azul.

jueves, 21 de abril de 2011

Encuentro de despedida.

Fue el día de nuestra despedida cuando te encontré, escondido entre sábanas de lino azul y con los ojos puestos en el mar. Estabas cansado, y mirabas de reojo la puerta. Nos habíamos repetido aquellas palabras tantas veces desde esa fría noche de invierno... 'Despacio'. Se nos olvidó desde el primer instante en el que tú cruzaste aquella calle. Vivimos de momentos fugaces, de noches ardientes, de eclipses de sol. Con las ojeras a cuestas, matábamos el tiempo a base de besos eléctricos en las esquinas de la ciudad. ¿Recuerdas cuando volábamos en la misma dirección? No ocurría a menudo pero era maravilloso. Tú nunca te ponías de acuerdo en qué querías desayunar. Leche, galletas, y a ti, corazón. Nuestra banda sonora era el sonido de la lluvia resbalándose por esqueletos desnudos. 'Amor'. Qué ingenuos, no sabíamos de lo que hablábamos. Pero a nosotros nos dio la vida, arrebatándonos el tiempo de hablar de estrellas en la punta de la nariz. Lo reinventamos día a día, sufriendo con la idea de desfallecer antes de tiempo. Somos caprichos, te dije, caprichos del tiempo. Y el tiempo decidió abandonarnos cuando más dependientes éramos. Me dijiste 'suave'. Con esa voz que solo nosotros llegábamos a escuchar, que quedaba tatuada en la espina dorsal de la buhardilla, en esa fase intermedia que se crea entre los sueños, la vida, y la muerte. Nos encerramos allí durante un tiempo, no recuerdo cuanto; nuestra historia fue como aquel sueño del prisionero naranja, inverosímil. Y morimos, flotando. 'Suavecito', como la piel tersa de tu espalda y tus cuarenta lunares, como tu dedo rozando mi silueta desnuda, 'suavecito' como nuestro despertar, tan juntos que amanecíamos siameses, como las cosquillas de tu pelo en mi cuello cada mañana, como los besos en el pecho, o las manos en la cintura. Sin disimulo, vestíamos nuestros huesos de un aura mágica y algunos trapos viejos. El frío desaparecía cuando nos dibujábamos una y otra vez en cada pared, cuando nos cantábamos que los tambores dejarían de sonar cuando uno de los dos ganase la guerra, cuando nos disparábamos tan fuerte que nos desgarrábamos la piel de sudor. Demolimos toda nuestra fortaleza una y otra vez, con cada suspiro al oído, con cada caricia. Y es que tú acaricias tan bien...
Caímos en la cuenta de no creernos lo que ocurría, de no saber qué decíamos, ni a dónde nos dirigíamos. No lo pensemos, susurraste, no necesitamos las palabras. Y ahora, que ha vuelto el temporal, te encuentro en cada canción, en cada poema, en cada renglón de cada libro. Poesía y arte, eso eres tú. Fuimos dos desconocidos a la deriva; nos descubrimos la noche de nuestra despedida. Cuando encontramos las palabras, cuando nos faltó el aliento.



P.S.: las fotos y la edición vendrán cuando encuentre un ordenador.

jueves, 17 de marzo de 2011

Hundidos.


He soñado que los roles habían cambiado, tú decidías. He soñado con mi propia sumisión, yo no era yo, la que pensaba y actuaba no podía ser yo, me arrastraba hasta el punto de permitir que se decidiera por mí, que me escondieses por tu propio placer. He soñado con un bar en la oscuridad, con humo y tormento, con la atormentada situación del engaño, el entorpecimiento de la huida. He visto lo que no pensé, lo que nunca imaginé, lo que no llegué a sentir. He sido objeto de recreo, de deseo, de persona. Has jugado y te has quemado, después de esta noche, no volverás a ser el mismo; si el subconsciente decide recrearte de esa forma, habrá que hacerle caso, y omitir tu llegada, tu sonrisa, tus manos osadas. He soñado con un yo oprimido, utilizado, un yo sin tú, sin él y sin nosotros, un yo muerto. En el tercer peldaño de la escalera, quedaron nuestros peores recuerdos, escondidos tú y yo del mundo, de la vida, del destino. Fatídico escalón que no volveremos a pisar, que se hundió al despertar, y no volverá, nunca; jamás.

Lo peor de todo, ha sido el despertar. El sueño no era más que una metáfora de la realidad, y yo, sigo sometida a tus encantos, ni siquiera es eso, sometida a ti, sin encantos y sin nada.

01.11.2010

viernes, 4 de marzo de 2011

Extraño en mi cama.

Abro los ojos de nuevo, pestañeo, alzo la mirada, miro al horizonte y respiro. Una cerveza, bien fría, cuando pueda, por favor. Mientras, atino el objetivo, admito que mis fantasías no suelen estar plasmadas con frecuencia, pero no es porque no lo intente, es que no lo consigo. Con la cámara, fijo un punto cerca del techo, donde las flores rojas de plástico parecen flotar sobre un pequeño saliente lleno de mugre y roído por el tiempo. Por fin llega la bebida; me empapo con ella los labios, y luego, paso lentamente mi lengua sobre ellos. Mmm… qué satisfacción, está realmente fría, tanto que me provoca un pinchazo en la cabeza, tanto que podría cortar el aliento. Oigo, de fondo, un murmullo que busca consuelo, es poesía, o eso creo, a estas horas ya no estoy seguro de nada. Si lo que escucho es poesía, entonces el dueño de la lírica debe ser un poeta, ¿no? Pero, me pregunto quién se encarga de clasificar nombres entre aptos y no aptos. ¿De qué sirve? Y tú, que mueres en la oscuridad de un candelabro, vas perdiendo tus pétalos cada vez que sale el Sol. He de admitir, que  algunos merecen la etiqueta. Y entonces me viene a la mente el recuerdo del joven artista al acercarse a su fin, cuando su mayor objetivo era el de peinarse como aquellos grandes hombres de la época clásica, sí, como Mozart, o Vivaldi, o alguno de esos nombres que suenan tan lejanos; su mayor deseo, era entonces dejarse crecer los últimos cabellos que tenía, para poder recogérselos y darse un aire… literario.
Son tres euros, aquí tiene, muy amable. No dejo propina, supongo que entenderá que mi bolsillo tiene algún que otro agujero este mes. Me levanto, cojo mi cámara, guantes, me enfundo en mi abrigo de piel, y salgo a la calle. El viento me azota en la cara, y me grita aquellas palabras que tú susurrabas. Ahora lo entiendo, no era más que un aviso de que te ibas. Me mentiste, nos mentiste a todos, tú sabías que tu partida estaba cerca, que el tren salía con destino el vacío, a la mañana siguiente. Saco del bolsillo un cigarrillo. ¿Tiene fuego? Gracias. Fumar de noche en la calle es satisfactorio; y qué si pierdo siete malditos minutos de vida, ¿hubiese sabido utilizarlos mejor?

lunes, 21 de febrero de 2011

Des vieux placards.

...Vous êtes ce petit Gainsbourg provocateur à la parole et sensible aux sensations. Vous êtes, si j'ose dire, la répression de l'amour interdit par la mûre nonchalance...

jueves, 3 de febrero de 2011

El baúl de las pesadillas.

Del baúl de las pesadillas salen dragones encantados que arrojan a pedazos la libertad, duendes maléficos que se encargan de deshacer los sueños construidos durante el día, que rompen con destreza el brillo de los ojos, mutilan piezas de inventario capaces de recrear una realidad fantasiosa. También están las brujas feas y furiosas de los cuentos, expertas en conjuros capaces de hacer de la vida, un infierno inevitable de casualidades, de forjar personas-objeto insensibles, que no sientan pena, ni dolor, ni conozcan el amor. Los elfos trepan por las paredes del baúl buscando construir el camino hacia la pérdida del deseo, de la ambición y las ganas. Detrás, los monstruos roban los colores; el verde, el amarillo, azul, rojo, blanco. Todo se vuelve vacío y no queda ni una silueta valiente. La inteligencia pasa a manos de gigantes hambrientos, capaces de engullir trescientos cincuenta y ocho mil ciento siete cerebros por minuto. Dinos, ¿cuánto tiempo nos queda hasta volvernos muñecos?
El arte se evapora, absorbido por una nube de tormenta que aflora en el suelo del baúl; la música, el cine, el teatro, se diluyen, se vuelven vapor de agua ardiendo por el dolor de la pérdida; la fotografía, la pintura, escultura, se entierran entre desechos de mentes rebeldes y salvajes. Y la escritura... La escritura se pierde con la retórica, la voz se la lleva el viento, tan lejos que ni los ojos más avispados consiguen intuirlo.
Por fuera, el baúl está hecho de dudas y heridas, de inseguridad, violencia, miedo, pánico, terror. Por la noche, el candado, con la magia viva, se abre, y la vida se acaba. Por suerte o por desgracia, cada mañana, todo vuelve a su lugar, y sólo queda el frágil recuerdo del pavor sentido. Pero, ¿cómo sabemos si el baúl sigue abierto? ¿Y si jugamos a las adivinanzas? Empiezas tú.


sábado, 29 de enero de 2011

Caprichos del tiempo.

Te escucho y lo siento, las piernas me tiemblan, los latidos del corazón se vuelven nítidos. Lloro, y la cama se llena de lágrimas, y una estrella aún con vida, se pelea por salir. Las sábanas, frías por el temporal, esperan en vano tu llegada, creyendo poder resistir a la tentación de las pertenencias. Llueve, y el deseo de ser lluvia, llena el ambiente. Y entonces, te escucho de nuevo, y las ganas se convierten en dolor, silencioso dolor, y una lágrima aflora en el borde de mi mirada. Y, sin lógica alguna, mi mente piensa en el desenlace y sufre. Siente la tristeza del fin de algo que no ha empezado, o de algo que no empezará. Duele el sentimiento de final de algo que probablemente, ni tenga principio, ni tenga fin; una constante en el tiempo. Un nombre para la nada.

miércoles, 26 de enero de 2011

Pero, ¿por qué os reís tanto?

Alors, chéri, je vais t'expliquer. Puisque nous sommes des mini-scientifiques, je le ferai de façon structurée, claire et, bien sûr, scientifique. Tu connais le principe des réactions chimiques, n'est-ce pas? Parfait. Tu sais bien qu'il s'agit de plusieurs réactifs qui aboutissent à un produit final. Ce dernier, tu le connais déjà, c'est le rire. Les réactifs, je te les donne, et la réaction est déjà equilibrée, tu ne peux pas te plaindre. 
Mon premier réactif est la fatigue. Comment? Oui, bien sûr, la fatigue de Gugus si tu veux, peu importe. La fatigue est en grande dose. Pour calculer son coefficient, utilise cette formule:
 - 3j / 2h x 103
tel que j = jours = 24 et h = heures = 4.
Le résultat sera exprimé en heures. Eh bien, tu trouves combien? Oui, c'est bien ça. On continue.
Le deuxième réactif s'appelle enfermement avec protéines. Il est difficile à calculer, je te donne la formule et le résultat. La voici:
- p x p'
où p = nombre de pages, soit 21; et p' = nombre d'acides aminés de notre protéine préférée, la mienne a 53.
Le résultat, comme tu as bien deviné, est - 1113.
Ensuite, tu écris ton équation. Etant donné que les deux réactifs sont négatifs et que 
moins x moins = plus
notre résultat, en rires, est positif, et appartient à l'intervalle [1010; + ¥[.
Quoi? D'où je sors un produit si je n'ai que des sommes? Bon, là tu m'énerves, c'est bon quand même, les sciences ne vont tout de même pas résoudre ta vie personnelle, non?
Demain, je veux le résultat, et soit précis. On a fini, merci.


domingo, 23 de enero de 2011

Porque no soy sin serte, ser inerte.

Supones las uñas de la verdad, las uñas que arañan con rabia las paredes de una habitación sin sombras, de una habitación hecha para la diversión, de una habitación recreo. Eres las uñas que rasgan lentamente las cuerdas de una guitarra, que mueven el pelo al viento y lo colocan, las uñas que rascan tu barba incipiente. Pareces ser las uñas que agarran con fuerza un cuerpo desnudo, que se clavan en la espalda indolente de la desesperación, hasta hacer sangrar ríos de tinta roja llena de palabras necias y sin sentido alguno. Las uñas, esas que me arrebataron sin piedad los restos que me quedaban de ideas sin usar, que ahora mueren en una alcantarilla habitada por ratas inhóspitas. Las uñas que me destrozan el rostro día tras día, que me devoran las entrañas, que me hacen ser tan dependiente, que necesito seguir sufriendo. "Cállate y vete, ser sucio sin valores ni principios. ¡Y no vuelvas!", me gritas.
Arráncame de cuajo los dedos, y destrózame el corazón antes de que cuente diez. Empiezo por el nueve.


viernes, 21 de enero de 2011

Al precio del mercado.

La niña avanza por la costa sin rumbo, mientras llora con rabia. Al horizonte, el mar se presenta furioso, batiendo con fuerza la espuma inerte, y atacando con el oleaje todo aquello que le intente hacer frente. La niña aumenta el ritmo: un paso, un ruido, una marca imborrable de sus lágrimas sobre la arena. Su camino va marcado por el ir y venir de las olas, de movimiento elegante y armonioso. Cuando cierra los ojos, sus pies se escapan para bailar con los peces, y escapar de su realidad. Se sienta en la orilla, acompañada de las ruinas de una fortaleza medieval, y mira al mar. Mira aquella maravilla utópica sin fin, observa, con cautela, aquello, aquello que no termina de entender, aquello que la hace suspirar y confesar sus errores. Y entonces, grita. Grita y su voz se la lleva el viento, y en su mano las gaviotas pican. Grita y las lágrimas, saladas, forman entonces la ría que desemboca irremediablemente en el océano. ¿Por cuánto te vendes? Oye murmurar. Yo te ofrezco mil sonrisas.


jueves, 20 de enero de 2011

El país de los débiles.

El líder se muestra inteligente frente a una masa indiferente y exageradamente ingenua. Les obliga a creer en sus palabras, sin demostraciones válidas. Las palabras... Las palabras fluyen por sus labios y se evaporan en el aire saturado de neuronas. Desaparecen. Se diluyen pensamientos, reflexiones, principios; mueren la ambición y las ganas. El público, siempre educado, se ríe del mentor con la sonrisa más seria que sabe diseñar. Las agujas del reloj avanzan lentamente, esparciendo segundos convertidos en el polvo de una tiza. Dime, ¿cuántos te siguen? Bienvenido al mundo del absurdo.


miércoles, 19 de enero de 2011

La soledad de los números primos.

Querido Once:

Prometo que se me olvidó que te abandonaba cuando esperabas mi vuelta y anhelabas el dichoso pasado que nos persigue. Sé que tener poco tiempo para hablarte y mucho para pensarte no es bueno. Por soñarte e idealizarte. Me disculpo porque tú eres orgulloso y yo caprichosa, porque pides al dar y suplicas por recibir. Lo siento porque hace ruido, porque las razones son suficientes, y las propuestas, escasas. Porque la balanza no se equilibra, e intentamos vencer en una guerra en la que los dos bandos luchamos por un mismo objetivo: vencer al tiempo y engañar a la memoria. Yo te advierto que el misterio que supone lo desconocido es, cuanto menos, excitante para unos labios que buscan consuelo, viviendo de los restos de cuerpos consumidos en viejos colchones, siendo un saco de huesos con ganas de conocer mundo. Once, escúchame, el mundo no gira en un solo sentido, préstame atención: te digo que, si por la noche, te tumbas al Sol buscando nuestra mirada en la Luna y el reflejo de nuestro -sí, nuestro, porque en ese momento ya sólo habrá uno-, lo que decía, si buscas el reflejo de nuestro cuerpo desnudo en las estrellas, si haces eso, Once, te prometo que la Tierra girará de forma que sólo tú y yo podamos viajar a otro mundo con ella; rotará hasta doblarse, admirando cómo se puede crear un nosotros. No te distraigas, es importante, debemos dejar claras las cosas antes de emprender la aventura. Aún hay más que descubrir: no será fácil mostrarnos sinceros, por ego personal, pero puede ser incluso divertido vivir colgando del hilo de las sensaciones, intentando no aceptar la caída en los sentimientos. Es cobarde esconderme detrás del papel para disculparme, taparme con palabras para firmar el contrato. Pero el cielo no está tan lejos si tenemos ganas de atraparlo.
¡Ven Soberbia a mí, y exclama que mi inteligencia recrea la supremacía e intenta mantener el dominio de la situación, mientras tu visión, simple y rozando la banalidad, goza de la retórica y brinda por la elocuencia!
Seamos. Somos porque somos, refiriéndose el primero al hecho de Vivir, y el segundo, a hacerlo con una sola presencia, siendo uno. Pero antes de ser, somos un tú que es y un yo que soy, somos dos visiones de una realidad distinta, navegando sin dirección y buscando un peso que estabilice.
Somos lo que soy cuando me duermo, lo que eres cuando despiertas. Somos cercanía que desconoce el derecho a superar la frontera, o eso nos quieren hacer creer. Somos melancolía en una montaña de lamentaciones. Correspondemos al género responsable de existir manteniendo la idea de ser el más fuerte. 
Y, lo más importante, formamos esos dos números primos aborrecidos por los jueces de la claridad sin atrapar la tentación. Lo último que te diré, Once, para despedirme, es que estamos casi rozando la unión, pero tenemos más en común que lo que nos toca.
Que somos complementarios, y responderé a tu deseo de dejarte verlo.
¿Firmas? Yo sí.

Trece.

lunes, 17 de enero de 2011

Vieux souvenirs.

La rue solitaire de ma ville natale
Où j'ai vu naître des fleurs, périr de grands arbres
Ce chemin qui brille comme un objet en marbre
Ce chemin qui mène à cette femme fatale

Elle m'enlève la vie, m'abandonne à mon sort
Me rappelle chaque jour que la mort approche
Je ris, vif; elle s'annonce, comme une cloche
Qui m'efface la pensée, me laisse et je dors.

Je rêve mon passé, j'oubli mes sentiments
La Mort me prend, me vide, m'oublie et me ment
Je suis une âme vagabonde sans limites

Elle sent la fraîcheur de la satisfaction.
Au revoir, vieux monde, toujours si hypocrite
Moi, je déclare joyeux mon abdication.

jueves, 13 de enero de 2011

Éxtasis.


La desintoxicación a veces lleva a no saber distinguir el sueño de la realidad. Ésta última es, en ocasiones, tan efímera, que ni siquiera consigo saber si ha existido. Avanzo, estancándome en cada paso que doy, ahogándome en cada bocanada de aire, arrastrando mi cuerpo en el vaivén de una calle sin luz. ¿Y el sueño? El sueño es donde confluyen mis temores, mis alegrías y mis penas. El sueño es donde vierto todo lo que no consigo decir, donde vivo en total libertad y conozco el terror. Algunos me cuentan que los sueños son triviales, simples y sencillos. Yo no les creo. No quiero creerles. Yo creo en los sueños, cuando sueño despierta, cuando sueño dormida. Cuando la realidad es un sueño del que no quiero salir, escapo sin querer; cuando el sueño me atrapa, me quedo sin saber qué hacer. Yo sueño despierta y dormida, sueño que subo a tu tejado y cuento las estrellas en tu cuerpo, yo sueño que sueño con otra realidad, y sueño que no hay despertar. Yo sueño sin sueño, sueño sin ganas, sueño de noche y sueño de día. El sueño que sueño es tan auténtico como la realidad en tiempos de gloria, es como sentir la arena en los dedos de los pies al caminar por la playa desierta. El sueño que vivo, es sólo una jaula sin municiones, con un león dentro. El sueño... El sueño es el presente que me arrebata la memoria. 
La realidad acaba metida en el sueño. Mi subconsciente teme y extraña, te piensa sin verte, te vive sin alma. Despierto cuando se acaba el sueño, pero despierta mi cama cuando no te tengo en frente. Y cuando despierto, la realidad es sueño, y hay un ínfimo espacio de tiempo en el que yo no soy yo, y lo que toco, lo sueño. 
Y llega la noche al mar, y el cielo se llena de estrellas, reflejando los secretos marinos y las botellas con mensajes en su interior, donde, un joven marinero, algún día, declaró su amor a las sirenas a bordo de una botella de Ron. Y en la ciudad, los niños duermen bajo sábanas de seda, los gatos maúllan buscando dónde pasar la noche, las sirenas ruidosas advierten que la muerte está cerca, acechando a la vuelta de la esquina. Los bares ya han cerrado, y en su interior, ríos de melancolía fluyen por sus paredes, llevando consigo el dolor de los visitantes, y dando paso al aire fresco de la luna. Las palabras rinden homenaje a sus autores, bailan al ritmo de blues el vals de los recuerdos, se entremezclan formando canciones bajo la luz de un candelabro en la oscuridad, viven buscando un orden imperfecto en el que asentarse. Las tinieblas se alimentan de la soledad acompañada de sombras y relojes, y dan pie a aquello que sólo los soñadores, consiguen ver: lo que más desean. Su trocito de cielo.


jueves, 6 de enero de 2011

Neptuno, fuego marino.

¡Oh infinito mar que sorprendes con tu silencio y asustas con tu bravura! Agua tranquila que ofreces de tu mano salada, la espuma inerte de la vida a quien va a buscarte. Con ayuda del viento, regalas viajes sin retorno, hundiendo y devorando a los héroes más valientes. ¡Qué ironía que la valentía salga perdiendo! Parece que el círculo gira en ese sentido. Devoras de un bocado rápido a quien no te temió, vacías de vida a los pocos soñadores que quedaban en pie. Posees, en tu interior, tesoros, valiosos por pretender avasallar los ojos esmeralda con azabache cristalino, que se dejan engañar por tu temperatura siempre variable. ¡Oh mar de sensaciones infinitas, que se extiende sobre el horizonte, pagando el precio de la libertad: llévame contigo donde nadie pueda verme y viva del aire!
Oleaje, rey de la furia, destroza el rompeolas que fue testigo de las últimas palabras, elévate hasta alcanzar el cielo y despeja la tierra de gusanos. Dueño de la imaginación, no vendas tu erotismo a fieles servidores con falta de originalidad, resérvate para los cuerpos excéntricos que te lleven en su mirada cuando se alejen, para los sacos de huesos que te huelan en la distancia, para los que te sepan al besar. No te detengas en tu viaje, y entrégame un último espejismo que me lleve de vuelta a tus orillas, transportando mi pensamiento a otro mundo cada vez que te encuentro. ¡Oh maravilloso océano, tú creas colores y brisas, y libras batallas en nombre de la gloria que aún nos queda! Tú eres el todo y la nada, y regalas oasis de lunas y eclipses de sol. Tú eres otro mundo, y yo quiero perderme.


Despacito...

Ego et moi.

Ego et moi.

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