Uno, dos, tres...



lunes, 11 de octubre de 2010

Recapitulativo confesional o Dieciséis.

A cinco minutos de traspasar el límite que separa la infancia y el mundo pre-adulto, me siento a reflexionar sobre lo que me ha dado los quince.
Empecé con fuertes dudas sobre si sería un buen año, sufrí dos pérdidas: una irrecuperable, que hizo que cambiase mi persona, y mi forma de actuar con los que más me estaban apoyando, y otra temporal, pero sabiendo muy bien que sería permanente, aunque en el momento pudiese seguir palpándolo. Así, comencé sin el soporte del que dependía y por el que tanto había llorado en los meses anteriores. Además, no me apetecía volver a mi día a día sabiendo que nada sería igual. Necesitaba un cambio, y, apropiarme de los quince años, me lo dio. Quince, quince, quince. Quince que, a oídos ajenos, mantienen la inocencia de la niñez, y la rebeldía de los jóvenes románticos que no encuentran su lugar. 
Este año he salido ganando. He ganado amistad, mucha amistad, no tanto en cuanto a número de gente sino en cuanto a calidad. Obtuve abrazos cuando los necesitaba, y risas, muchas risas, siempre que había ocasión. Gracias. No necesito nombrar a nadie, sé que estáis ahí. 
También ha habido música. Mucha música, música de día y de noche, conciertos. Conciertos aquí y allí, en Madrid, Oviedo y Avilés, en teatros, colegios y bares, arriba y abajo, acústicos y eléctricos, con amigos y sin ellos, legal e ilegalmente, con y sin alcohol de por medio. Pereza, El Canto del Loco, Sidecars, VikxieO'ClockPiso 16SonogramaPerro FlacoPreciados...
¿Y qué hay de los viajes? Asturias me acogió una vez más, conocí Córdoba e Inglaterra. Y Nueva York. Si, la gran manzana, un viaje de cinco días con cinco amigos, un viaje de vivir todo el día a tope, de madrugar para visitarlo todo, y no dormir por la sobre excitación de no creer lo que estábamos viviendo. Utopía. Y ella que nos esperaba radiante, como siempre, en el aeropuerto, que lloró y rió durante nuestra estancia, que nos mostró su nuevo hogar. ¡Y vivan las noches en una habitación de hotel donde sube un policía de 2x2 a pedirnos explicaciones por el ruido! Y las llamadas de habitación a habitación, y las broncas matutinas, y el viaje de nueve horas viendo películas sobre extraterrestres, y las fotos, y los abrazos, besos y masajes capilares.
Sobre mí: he ganado seguridad, madurez e inmadurez, he perdido humildad. Tengo las ideas más claras, pero sigo pensándolo todo demasiado. Perdí inteligencia y la estoy volviendo a recuperar, poco a poco. Me olvidé la concentración en otro puerto, pero aún no he naufragado. No sé qué quiero estudiar, pero sé que quiero estudiar.
He conocido la noche, la de verdad. Si, antes no la conocía. Y me gusta, mucho, muchísimo la  noche madrileña (la asturiana tampoco está mal, pero me quedo con la de la capital). Salir, beber, el rollo de siempre... Porque sí, porque me da por ahí, porque es divertido pasar una noche fuera, y no acordarte, o acordarte de una realidad transformada por tu inconsciente. Y está bien siempre, con plan, sin plan, con ellas, ellos, o los otros, con DNI, Pasaporte o ticket de metro, con viaje al servicio de las intimidades y secretos inconfesables. Me gustan las noches sin complicaciones, sin tener que pensar en nada, con rayas, con cuadros, con chupas de cuero de animales que no están en el diccionario, con idiomas, con sonrisas maliciosas.
Y con idiomas, pasamos al extranjero. ¡Vivan los Argentinos (aquí y allá), Italianos, Franceses y Suizos, los Ingleses, los Alemanes, los Brasileños, los de Grecia, Bolivia y Ecuador! Vivan las mezclas, vivan los profesores: viva usted, M. G. con su olor peculiar, su peluca y su obsesión por el sexo obsceno, viva Mme. G con las bombas como deporte nacional, y el lenguaje indescifrable, viva M. B. con su mezcolanza entre animal y órgano, viva Mme. N con la vida de conejo, viva Mme. D con sus fiestas de juventud, y sus perreos continuos en clase, el caso de la rubia platino. Por último, viva (o muera) la encargada de deshacerme del idioma que llevo cultivando durante catorce años, de forma cuadrada y cerrada, sin opción a segundas interpretaciones.
Así y con todo, me olvido en este fragmento, de casi todo lo vivido, y lo siento, pero me quedo sin memoria, o con memoria selectiva de, casi siempre, lo indeseado.
¿La última imagen antes de despedirme de la quincena? Madrid de noche, una noche de otoño preciosa, y es que yo, soy Libra.

Atentamente y desde un lugar seguro,
P. Mezclas, Pau, Paulita, Caroline Taverdet, Little P. o cualquier otro derivado de mi nombre.


Foto 1: 12.10.2009, al cumplir los quince en una celebración familiar.
Foto 2: 25.09.2010, casi dieciséis, en el Retiro.

6 cenizas encendidas:

María Parages dijo...

Ya verás como lo dulces 16 molan más . Yo he disfrutado muuuucho de ellos ;)

Ana dijo...

Felicidades!! :)

Natalia dijo...

No pienses en lo que puede ser solo vive lo que te pase día a día y los 15 estan bien, los 16 estan mejor y los 17 ya ni te cuento, luego ya.... prefieres que no pase el tiempo. jajajaja. Felicidades.

Natalia dijo...

No pienses como te va a ser el año, porque luego será como le de la gana y no como lo habias pensado. Solo te digo que los 15 estan bien, los 16 mejor y los 17 ya ni te cuento, luego solo esperas que no pase el tiempo. jajajaja. Felicidades!!!

WK. dijo...

Pufff me encanta, en serio. Sé que te lo he dicho demasiadas veces, pero estás hecha toda una poeta. Y es una de las multiples razones por las que te quiero, mucho.

A,C dijo...

Je maudis cette femme et son massacre a la langue de l'amour, a la litterature et aux peintures...
Sinon, j'aime beaucoup ton texte!

"LE PONGO. PUNTO."

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