Se busca argentino fumando al piano.

Se busca para no soñar, chico guapo y muy caliente. 

Se buscan escalas de viajes sin vuelta, y arpegios de ojos cerrados. Manos de soñador dadas al alcohol desinfectante de penas y olvidos. Se busca el acento en los sostenidos, y la elegancia de alternar las manos con tomar aire limpio en un ambiente previamente caldeado. El perfil de lo prohibido difuso entre una nube de pensamientos húmedos. La habilidad necesaria para alcanzar la perfección del tacto de las teclas, la suavidad de las seis cuerdas, y la ruptura vocal enloquecedora. Se buscan deseos inhumanos, y respiraciones agitadas. Se busca el Sol (y la Luna), pasar de la tensión más grave, al grito más agudo del placer. Cambiar de quintas a terceras con sólo dos dedos. Se busca el ángulo correspondiente a los pianistas, la excitación que produce el sonido y la presión necesaria para que quede limpio. El poder de la imaginación correspondiente a la novedad. Se busca exactamente eso. Argentino fumando al piano; allá voy.