Y hoy, creo que me he enamorado.

Hoy ha empezado una nueva etapa. Se podría decir que es una mezcla entre la idealización de la niñez, y el desenfreno de la adolescencia. Después de más de un mes preguntándome qué hacer con mi vida, hacia dónde encaminarla, qué quiero y qué no, después de hablar con amigas y amigos, con adultos y adolescentes, después de recibir opiniones diversas sobre temas concretos y abstractos, de comerme la cabeza día sí y noche también; después de pensar demasiado y dormir poco, de una época no del todo buena, después de echar de menos lo que algún día deseé que estuviera lejos, he dado un paso. Si.

Hoy, un hombre, al que no conozco de nada y con el que no he hablado en mi vida, ha conseguido abrirme los ojos. Sin quererlo, ha escrito sobre lo que llevo yo cuestionándome largo tiempo, y, sin quererlo, ha hecho que mi vida dé un giro. No necesito nombrarlo, ¿para qué? Pero él, y sólo él, lo ha conseguido. Con él, por difícil que parezca, me he sentido identificada. Y es que de él, sin conocerle, me fío.

Y para empezar esta nueva etapa, empiezo un blog. Para decir lo que se me pase la cabeza, para desahogarme conmigo misma, y llegar a conclusiones que quizá nadie entienda. Para hablar de todo y de nada, que es, en el fondo, mi vida. Todo y nada.

A los hijos del Rock and Roll, bienvenidos.